En los países cuya legislación los permite, los llamados “green burials”
están suponiendo una pequeña revolución: en lugar de talar árboles para
construir ataúdes o de emplear sustancias contaminantes para aislar el
cuerpo del difunto e impedir el contacto con la tierra, los “entierros
verdes” emplean ataúdes biodegradables y sustituyen la lápida de mármol o
de piedra —objeto frío e inmutable— con un árbol —ser vivo y
cambiante—. Con el proyecto Capsula Mundi, Anna Citelli y Raoul Bretzel desarrollan esta misma idea aunque dando un paso más hacia su dimensión simbólica.(...) Tras haber colocado las cenizas o el cuerpo del fallecido en posición fetal (en las horas previas a la llegada del rigor mortis),
las cápsulas se entierran en el suelo. Con el paso del tiempo, su
contenido se convertirá en humus, en sustrato fértil para el cultivo de
árboles y plantas. Poco a poco, cada árbol —nacido de una muerte, fruto
de una existencia pasada— entrará a formar parte de un auténtico bosque
sagrado, lugar para el recuerdo y la meditación. Los familiares del
difunto, además, o él mismo mientras siga en vida, podrán elegir el tipo
de árbol para plantar en el momento del entierro y tendrán a
disposición un trazado GPS que les ayudará a orientarse...
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http://www.experimenta.es/noticias/industrial/capsula-mundi-arbol-vida-raoul-bretzel-anna-citelli/