lunes, 23 de noviembre de 2015

Cidade da Cultura: un espacio expositivo?


Vista de la exposición José Suárez: Unos ojos vivos que piensan 2015 13 Nov - 27 Mar 2016


  1. Desde que concluyeron las obras de los primeros edificios del megalómano complejo ideado por el arquitecto estadounidense Peter Eisenman se iniciaron una serie de debates en la opinión pública y las tertulias culturales gallegas acerca de su excesivo coste, de su oportunidad o conveniencia, de sus precarias soluciones constructivas y de la escasa racionalidad de la obra, concebida como respuesta a la también escasa claridad de ideas de los responsables políticos que realizaron el encargo, que como resumen parece haber sido: "Queremos algo muy grande y muy moderno".
  2. Según algunos especialistas Eisenman, ante tamaño encargo rebuscó en el baúl de sus recuerdos y recuperó los trabajos de un antiguo colaborador, el arquitecto y artista conceptual Gordon Matta-Clarck, conocido por sus cuttings, cortes y extracciones de fragmentos de edificios  realizados a finales de los 70 (en edificios abandonados que después fotografiaba y filmaba), agujeros que traspasaban pisos buscando espacios internos más allá de la geometría construida, según sus palabras "La auténtica naturaleza de mi trabajo con edificios está en desacuerdo con la actitud funcionalista, en la medida en que esa responsabilidad profesional cínica ha omitido cuestionar o reexaminar la calidad de vida que se ofrece".
  3. En la Cidade da Cultura de Santiago los espacios internos también escapan de toda funcionalidad, aunque según sus defensores no de una supuesta lógica geométrica basada en una retícula inserida en una cartografía de la ciudad monumental de Santiago... (aunque, claro, cualquier cosa es susceptible de insertarse en una cuadricula, hasta un mamarracho).
  4. Preferimos no juzgar el soporte teórico de este proyecto, dejando tal tarea para los teóricos de la arquitectura, pero lo que parece claro es que es una obra fallida como solución a espacios expositivos, y los comisarios y diseñadores de exposiciones tienen que lidiar con unos interiores de paredes inclinadas y techos elevadísimos, con deficiencias de luz y otras carencias.
  5. Resulta penoso ver los montajes de algunas exposiciones, que quieren acotar espacios colgando redes, telas o incluso papel de embalar, dando una imagen muy pobre de la institución y devaluando los objetos y las obras expuestas. Parece que la única solución posible sería reformar ciertos espacios para recuperar el objetivo básico de todo buen diseño: dar una respuesta funcional y bella a una necesidad objetiva. Si se van a realizar exposiciones es necesario adecuar los interiores a tal fin y no que las exposiciones tengan que adaptarse a unos espacios imposibles.